La anatomía del oído influye en cómo se transmite y procesa el sonido. Adaptar la prótesis de acuerdo con estas características individuales mejora la calidad del sonido y la capacidad del usuario para percibir y entender los sonidos de manera más natural. Es esencial para garantizar un ajuste adecuado, cómodo, seguro y una experiencia auditiva de alta calidad.